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jueves, 27 de mayo de 2010

Muy preocupante la accion de la Policía en Bogotá


Gracias a los medios de comunicación, los ciudadanos de Bogotá, de Colombia y del mundo hemos podido enterarnos de acontecimientos graves que afectan la seguridad y la tranquilidad de la sociedad, en los cuales está involucrada directamente la Policía Nacional.
Este es un tema supremamente extenso y que requiere de toda nuestra atención, especialmente para quienes vivimos en Bogotá pero también ha de interesar a quienes visitan la ciudad en calidad de turistas o por motivo de negocios, mas cuando se trata un tema tan transcendental como lo es la seguridad y la tranquilidad que ofrece la ciudad a las personas para que puedan habitarla y desarrollar las diferentes actividades de la vida cotidiana.

En un articulo anterior hice referencia a la ineficacia de la Policía Nacional en la ciudad de Bogota a causa del comportamiento de muchos, pero muchos de sus integrantes que actúan de manera irresponsable permitiendo el desbordamiento de múltiples factores de violencia e inseguridad, a falta de una actitud seria, comprometida con sus funciones y de valores éticos en el desempeño de su trabajo.
Hoy me motivan a escribir este artículo dos situaciones latentes que afectan a la ciudadanía y la convierten en un objetivo vulnerable ante los comportamientos delictivos y la inoperancia de la ley.
Es bueno aclarar que a nivel institucional la policía ejecuta acciones importantes no solo en Bogota sino también en todo el país y que teóricamente su primordial objetivo es la protección de la vida, la integridad y los bienes de las personas y mantener un ambiente de total seguridad en todos los aspectos; podemos destacar positivamente muchas de sus acciones, entre ellas y tal vez la mas reciente es la aplicación de una norma consistente en la implantación del toque de queda para los menores de edad, que rige a partir de las diez de la noche hasta las cinco de la mañana con el objetivo primordial de disminuir entre los niños y adolescentes en consumo de alcohol y drogas, y al mismo tiempo protegerlos y disminuir la violencia y la delincuencia. No podemos negar que esta medida es positiva tanto para los protagonistas directos como para sus padres y la ciudadanía en general.
Pero yo quiero resaltar en cambio y a contra del accionar de la institución, un gravísimo problema que acosa en este momento a la ciudad, a las victimas y a quienes nos preocupamos por el general de las personas.
En un céntrico y reconocido barrio de Bogota llamado La Macarena, muy frecuentado por turistas y locales, sus habitantes y visitantes que entre otras cosas son un gran numero de estudiantes universitarios, se encuentran aterrorizados por causa de un delito atroz y repulsivo que un individuo viene cometiendo de manera frecuente hace aproximadamente 8 meses, atacando mujeres y violándolas.
El caso es bastante preocupante, periódicamente el criminal ataca accediendo carnal y violentamente a las damas amenazándolas con arma blanca y afectándolas física y psicológicamente de una manera atroz, hasta el momento lleva siete victimas, la mas reciente en el mes de Enero de este año, en mi concepto esta es una situación de total alerta de máxima prioridad para las autoridades y para las ciudadanía.
El modus operandi es elemental nada especial, las aborda, las amenaza y aterroriza y las lleva a un lugar solitario en donde pueda abusarlas, además actúa solo sin la ayuda de mas bribones. Paradójicamente en este barrio hay una gran estación de policía, por allí también hay muchos restaurantes y bares, sedes universitarias cercanas, tránsito de vehículos, es un sector bastante habitado, en fin podría considerársele como una zona segura pero no lo es.
Es muy inquietante ver como muchas personas asumen una actitud de indiferencia y casi de tolerancia ante estos hechos, a muchos no parece interesarles o impactarles esta situación porque a ellos no les toca directamente, no son ellos los violados, o sus hijas, o sus sobrinas, o su querida madrecita, simplemente una mujer más violada. Lógico que también existen muchas personas que si se interesan, además de instituciones creadas para ayudar y apoyar a las victimas de este cruel ataque, pero a quien mas debería preocuparle es a la institución encargada de la seguridad y la protección de los ciudadanos a la Policía Nacional.
Yo quiero elevar mi protesta y exigir a esta institución que cumpla cabalmente con sus deberes, es inaceptable que durante tanto tiempo y con tanta facilidad pueda operar este delincuente causando inmenso daño sin que se dé una respuesta positiva por parte de las autoridades, no lo han capturado y castigado pero tampoco han sido capaces de prevenir nuevos ataques.


La policía cuenta con miles de hombres uniformados y civiles (agentes secretos), armamento, vehículos, equipos, cuenta con el apoyo de un grupo pasivo de personas que les brindan información de manera anónima (aquí se les llama sapos), y además un gran grupo de ciudadanos dolidos y asustados que buscan una solución inmediata a esta amenaza.
La policía esta pecando en este caso por omisión, por inoperancia, por desinterés, por irresponsabilidad en el cumplimiento de sus tareas; en estos días un programa televisivo “Séptimo día” resalto esta situación en una de sus emisiones, demostró por medio de una actuación periodística y con la ayuda de una cámara escondida, en la cual una señorita acudió a diferentes sitios de la policía y de otra autoridad (Fiscalía) a buscar ayuda y a elevar una denuncia por violación, pudimos comprobar de manera evidente el desinterés, la desatención, la falta de respeto y de compromiso por parte de las autoridades ante estos casos concretos(violación, acceso carnal, abuso sexual) en donde las pobres victimas no reciben ningún apoyo, mas bien en algunos casos se sienten discriminadas y estigmatizadas, y en algunos otros pueden llegar a ser victimas de amenazas por parte de sus agresores ante la posible denuncia de los hechos y aprovechándose de la inoperancia e indeferencia de los organismos de seguridad; lo que causa lógicamente que muchas de las victimas de estos delitos decidan no denunciar y por consiguiente dichas acciones queden en la impunidad y sus actores no sientan ningún temor para seguir haciéndolo.
Nada es fácil en la vida, ningún trabajo o acción lo es, pero si se actúa con ética y con responsabilidad, con un poco de humanidad y dignidad pueden asegurarse mejores resultados que cuando únicamente nos mueven los intereses personales y económicos.
El otro caso puntual que conmueve a la ciudadanía en estos momentos, es el del abuso cometido por parte de unos agentes de policía en una estación de la localidad Rafael Uribe Uribe al sur de la ciudad, en el cual los individuos comprometidos en este comportamiento criminal(4 policías), rociaron con gasolina a dos adolescentes de 14 y 15 años de edad, a quienes habían retenido por infringir la ley de toque de queda para menores de edad, sin que existiera otro tipo de acusaciones en contra de ellos que los catalogue como delincuentes o criminales(aunque esto tampoco justificaría esta acción) y además retenidos ilegalmente en ese lugar rompiendo el protocolo y los parámetros policiales, fueron esposados y les prendieron fuego causándoles múltiples quemaduras, afortunadamente no hasta la muerte, parece que se trataba solo de una divertida y personal forma de justicia por parte de los uniformados.
Ante estos hechos se destaca no solo la actitud irresponsable sino también criminal y delictiva por parte de los individuos que actúan como representantes encargados de la ley y la justicia, que cuentan con el respeto y el apoyo del estado y de los ciudadanos y que tienen todos los elementos para imponerse ante una sociedad civil vulnerable.
Lo mas vergonzoso son las primeras impresiones por parte de los superiores de la institución, además de las acciones tomadas al respecto, pues hasta el momento los agentes comprometidos solo han sido destituidos de sus cargos sin que se tome ninguna acción judicial en su contra, a pesar de la claridad de su comportamiento delictivo, sin justificación de ninguna índole y con todas las pruebas, pues los hechos hablan pos si solos, los muchachos presentan múltiples quemaduras y se ratifican en sus testimonios señalando claramente la actitud dolosa de estos señores .
El General Rodolfo Palomino comandante de la policía metropolitana, señala y critica “duramente” este comportamiento por parte de los policías que afectan el buen nombre de la institución y van en contra de la moral de la misma, esta es otra de tantas situaciones en las que unos pocos casos aislados la comprometen.
Lo que yo creo, es que ya esta suficiente de tanta impunidad, de tanto abuso, de ese desequilibrio entre una sociedad civil y unos grupos e instituciones armadas y dotadas con elementos legales que utilizan para someter y aprovechar a los más vulnerables.
Aquellos que verdaderamente defienden con tanto ahínco a sus instituciones, que creen ellas y en sus objetivos, que las enaltecen y exigen para ellas el respeto, agradecimiento y valoración por parte de la ciudadanía, deben comprometerse seriamente a depurarlas, a reformarlas, a disciplinar y a concientizar a sus integrantes sobre sus funciones, sus limites y sus responsabilidades ante la sociedad; deben seleccionar a sus componentes de una manera estricta y transparente para no permitir la vinculación de elementos malsanos que verdaderamente interfieren con el trabajo valioso y digno que si quieren realizar personas con vocación de servicio, con valores humanos y que además respetan la ley.
La policía debe estar conformada por personas que crean en la justicia, personas con pensamientos razonables, con sentimientos, con respeto por el orden y la verdad; no personas sin honor, egoístas, seres elementales que solo buscan satisfacer sus necesidades inmediatas y que actúan únicamente movidos por sus intereses personales.

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