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jueves, 27 de mayo de 2010

Abandonar la adicción a las drogas


Los adictos a las drogas no sólo necesitan permanecer internos y restringir el consumo o acogerse a comunidades fortalecidas en la fe para poder superar su tragedia de vida, ellos necesitan contar con el respaldo…

La drogadicción es uno de los peores flagelos que azota al mundo, es causa de problemas familiares y sociales, es la principal causa de la deserción educativa, incrementa la delincuencia, motiva el maltrato físico y psicológico dentro del núcleo familiar, reduce considerablemente las capacidades de las personas afectadas, pero lo peor son las consecuencias psicológicas y morales a largo plazo, ya que deterioran al ser humano arrastrándolo a hacia un abismo y alejándolo de la solución, minando su voluntad y obligándolo a asumir conductas negativas e irresponsables para sobrevivir.
La sociedad rechaza determinantemente a los drogadictos discriminándolos, castigándolos y en algunos casos ignorándolos, pese a que nadie está exento de verse afectado de manera directa o indirecta, así pues nos convertimos en jueces de nuestro prójimo desconociendo las causas y las circunstancias por las que otras personas pueden caer en estas conductas.

Tomemos concretamente el tema, el consumo de drogas afecta a las personas atacando directamente el sistema nervioso, estas sustancias llámense tranquilizantes, sedantes, narcóticos, estimulantes, barbitúricos, anfetaminas, cannabis, heroína, etc. Crean una fuerte dependencia psicológica y en muchos casos dependencia fisiológica, además reforzada por el efecto de factores sociales y por estados de predisposición moral y educativa.
El desarrollo de la adicción es progresivo y rápido haciéndose cada vez más difíciles el control de la voluntad y la toma de determinaciones conscientes para tratar de recuperarse por parte de los individuos afectados.
La ciencia por su parte através de sus profesionales y de las instituciones correspondientes, ofrece tratamientos especiales de desintoxicación, de control químico orgánico a los efectos de las drogas, terapias ocupacionales, terapias para recuperar los valores morales y la autoestima, terapias de socialización, enseñanza de oficios y labores manuales para que una vez recuperado el individuo pueda ser productivo, etc. En fin creo que son tratamientos muy completos que deberían tener como resultado la total recuperación de sus pacientes.
Desafortunadamente un alto porcentaje de las personas que se someten a estos tratamientos, apenas logran superar parcialmente su problema, quedando “curados” de su enfermedad pero “poseídos” por el demonio de las drogas, menciono esta palabra demonio, porque en muchos otros casos los individuos encuentran la solución a sus problemas con la ayuda de grupos de personas que aprovechan positivamente las creencias religiosas y la fe en Dios para convencerlos y salvarlos del camino equivocado, pero igualmente se convierten en soluciones parciales y tibias, ellos tienen que permanecer ligados a sus grupos, a sus rituales, a sus terapias durante toda la vida, porque siempre estará latente el riesgo de RECAER.

Quiero brindarles un concreto y humilde consejo en base a la experiencia con respecto a este tema, es imprescindible que el individuo se proponga abandonar e inicie la acción de abandonar el consumo de drogas, ya sea por voluntad propia, ayudado por su familia o amigos, o con la ayuda de una institución (este es el primer paso), pero tan importante como esto es la creación de un nuevo ambiente de vida, no podemos ni debemos conservar las mismas relaciones del pasado, ni los mismos espacios, ni las mismas costumbres familiares y sociales, ni los mismos amigos, ni la misma escuela o sitio de trabajo, etc. Esto no ayuda para nada en el proceso de abandono total y radical de la adicción.
La idea es dejar el pasado atrás , desligarse totalmente de este, ojalá se pudiera cambiar de amigos, de ciudad, de actividades económicas , educativas , culturales, por supuesto que no vamos a cambiar a la familia o aquellas personas que siempre estuvieron cerca brindando su apoyo y que además se encuentran totalmente alejadas de este mundo sórdido de las drogas.
Hay que ofrecerles nuevas alternativas de vida, aportarles ideas sobre nuevos caminos, invitarlos a volver a empezar, pero todo en base a una total libertad no bajo restricción, no en permanente desconfianza, ni mucho menos en la recriminación por los errores cometidos, el apoyo por parte de la familia es fundamental en la recuperación total de las personas que quieren abandonar las drogas.
Podría comparárseles con un niño, que necesita orientación, apoyo, estimulación, afecto, confianza y respeto para desarrollar todo su potencial humano, dar rienda suelta a su creatividad, exteriorizar sus aptitudes y fundamentar su nueva personalidad.
Lo que mas necesita es el perdón por parte de sus seres queridos, de aquellos a quienes afectó, a quienes en algún momento defraudó, necesita que ellos confíen en el, que crean y participen disfrutando de su renacer, de sus proyectos, dándole el valor que se merece por sus nuevas actuaciones por su nueva vida.
El no es un ser desvalido, no debe ser condenado por su pasado, tampoco quiere ser tratado como un ser especial, quiere amor, comprensión, quiere otra oportunidad como vos como yo.

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