domingo, 26 de mayo de 2013

A vos poetiza”

A vos poetiza,
que regás con tus lágrimas
los fértiles campos
de la sensibilidad

Después de labrarlos
con lamentos punzantes
y estrepitosas quejas,
capaces de remover el universo.

Vos que con tu canto
hacés tambalear la verdad,
o la hacés
inamovible.

Que te hacés imprescindible
a todo
y ajena
a la ausencia.

Tu imagen
impregnada en el aire
y dibujada en el cielo,
enmarca la vida.

Tus ojos ven
lo que yo no puedo
y me lo cuentan todo
en tu sonrisa.

Y ese corazón
ardiente y enigmático
que ilumina
mi andar.

Ansioso de vida,
casto, puro y aventurero;
atravesando siempre
la mar del deseo.

Ahogado en la esperanza
de lúdicos
y románticos
momentos.

Desnuda sin temor tu alma,
paseándote por la felicidad
de sentir
y poder expresarlo.

Enloqueciendo
a este frágil corazón mío,
que venera
tu esencia femenina.


domingo, 5 de mayo de 2013

“Jesús, rey del amor”


Mi alma se manifiesta inquieta
intentando descifrar el gran misterio.
Aquel que rodea la vida de un hombre,
ese que llamamos el hijo de Dios.

Confuso se hace mi pensamiento,
inconstante mi fe.
Son mil preguntas
y  muy pocas las respuestas.

Están en juego los principios,
aquellos que se han sembrado en mí,
fundamentados en la ignorancia,
reforzados en la inocencia.

Largos caminos recorridos
para cultivar los sensibles campos
del sentimiento y la consciencia,
anulando así el libre pensamiento.

Y yo, absorto en la creencia,
frágil y casto ante la doctrina,
enriqueciéndome de la mentira
y negado a la verdad.

Sumándome al rebaño
de corderos ilusos,
de fieles creyentes;
heredero dispuesto sin vacilar.

Fue así como también aprendí a caminar,
enfoqué mi pensamiento
hacia donde se me orientó,
y respondí a las motivaciones.

Hoy tengo muchas dudas,
complejos cuestionamientos
que amenazan la fortaleza de mi religiosidad,
que iluminan un dulce mito en la obscuridad.

Es mi fortuna conocer el amor,
vivir en él, creer en él;
de lo contrario perdería mi fe
y tomaría el camino de la herejía.

Jamás desconoceré a Dios
ni al amor como su única esencia,
ni que soy el fruto de su creación
y que a él llegaré finalmente.

Tampoco he de negar
que aquello que pienso y siento
es mi vida,
la que se desprende de su espíritu divino.

Y aunque místicas parecen mis reflexiones,
matizadas de obediencia y respeto,
son el reconocimiento de su grandeza
inexplicable e inmutable.

Así lo creo y así lo siento,
es lo que me dicta la razón.
Es mi corazón quien lo siente,
y mi espíritu quien lo afirma.

Solo deseo caminar hacia él,
ir siempre en la misma dirección;
camino del amor,
destino del amor.

Lo mas maravilloso es que puedo hacerlo solo,
sin ordenamientos, sin restricciones.
La motivación nace en mí,
no intento seguir a nadie.

Quizás, si así lo deseo,
pueda orientarme por las enseñanzas
del mas maravilloso hombre en la tierra,
aquel que han llamado el hijo de Dios.

Ese hombre de carne y hueso,
pleno de consciencia,
puro de conocimiento,
ávido de paz y de bondad.

El gran ejemplo de humildad
y sencillez humana,
que reinará por siempre
en los campos de la fe.

Quien nos enseñó el camino,
quien rehusó a las vanidades
quien venció al miedo y al dolor.
“Jesús, rey del amor”.



sábado, 4 de mayo de 2013

“Corazón infiel”


Como entender al corazón
que ha caminado plácido
por los senderos del amor
y del placer

y sin embargo
busca incesante
nuevos horizontes,
cual si estuviese inconforme.

Su palpitar
se siente en todas partes;
se estremece, se entristece,
pero nunca se marchita.

Se muestra muy ansioso,
como si sus días
estuviesen contados,
como si se alejase la vida.

Se hace insoportable
su necesidad de amar,
mas su afán
hace regocijar el alma.

Pero también
le causa dolor,
agota sus fuerzas,
fatiga su fidelidad.

Lo hace sentirse
aventurero y desjuiciado,
lo empuja raudo
hacia el desequilibrio.

Será difícil entonces
soportar la inquietud,
en contra de sus buenos hábitos
y de su voluntad.

Será imposible para él,
contener las ansias de saborear
las dulces mieles
del amor.

Y chocarán
los principios con los deseos,
y temblará
la gran estructura.

Y esa infinita fuerza,
doblegará
los sentimientos
y el compromiso.

Y la mustia calma
se convertirá
siempre
en tempestad.

Haciendo reinar
a la tentación,
liberando la inevitable llama
de la pasión.

El corazón ni siquiera
podrá reconocer
si su pecado es dulzura
o lujuria.





“Nada es mejor que ella”



Una mujer es mucho más
que un hermoso ser humano,
es el más delicioso pecado
que la vida haya podido concebir.

Es un baúl lleno de sorpresas,
una gran ópera,
una fiesta lujuriosa,
una sinfonía celestial.

Es creación sin límite,
energía que condimenta la vida,
movimiento perpetuo del alma,
la tentación inevitable.

Nada es más poderoso,
ella supera todas las barreras;
sus lágrimas son tan majestuosas como el mar,
y su mirada puede desnudar las almas.

El vaivén de su cuerpo,
la suavidad de su piel
y el calor de su regazo,
pueden matar y resucitar.

Y que decir de sus gestos,
de sus deseos,
de sus locas fantasías;
con nada se les puede comparar.

Amar a una mujer
es como alcanzar el cielo,
es gozar la vida plenamente,
es lo mejor que puede pasar.