Como
duele la ausencia,
duele cuando
faltas
y duele
cuando yo no estoy.
Es como
interrumpir el camino,
se
congela la esperanza,
se
dibuja el desdén.
Algunas
ilusiones se paralizan,
y el
corazón palpita
a ritmo
de supervivencia.
Se
hacen urgentes las palabras y
faltan la
risa… la mirada tierna…
Es como
si faltase un pedazo de vida.
Los
pensamientos dudan,
las
sensaciones reclaman
y los
sentimientos luchan por permanecer.
Pero el
alma…
Ella se
aferra al amor,
ella lo
sustenta todo.
Perdona
al espíritu aventurero,
justifica
al abandono,
y construye sueños.
El alma
se niega a la ruptura,
conserva
viva la ilusión,
persevera
en la esperanza.
El alma
reconoce el verdadero amor,
ya sea
este filial, romántico o platónico,
siempre
es una caricia para el alma.
En él
se llena de placer nuestra vida,
se
enriquece de gozo el espíritu
y navega
nuestro ser en calma.
Vale la
pena amar y ser amado
viviendo
con ansias,
deseando
y esperando el amor de otras almas.
Cierto es, el alma nos sustenta a todos y, gracias a ella, existe el amor. Pero, aunque sea platónico, siemrpe será maravillo
ResponderEliminarTe superas día a día. Éste, es un poema romántico muy hermoso. Gracias por tener un elevado sentido de la vida.
Ann@
Gracias bella amiga Anna, generosa y puntual, siempre presente con tu aprecio.
EliminarUna amiga me recomendó tu blog. Y me quedo, hermoso poema… Denota sensibilidad y ternura. Román
ResponderEliminarGracias por tu comentario positivo. Te doy la bienvenida a mi sencillo espacio.
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