miércoles, 8 de octubre de 2014

Renacer

Hoy sé que es la soledad.
¡Maldita y sabia soledad!
Compañera de infortunio,
digna causa de dolor.

Cuando entre la multitud
miras a tu lado
buscando un poco de amor
y no lo encuentras.

Cuando los hijos,
esos pedacitos de corazón
que endulzan tu vida,
han perdido el encanto por ti.

Cuando tu dama, tu mujer,
abandona arrogante
el compromiso
que ayer compartió contigo.

Cuando tus amigos, los buenos amigos,
te observan a lo lejos,
y dejan entrever
lástima y desprecio.

Entonces, ella, cruel y fantasmagórica
se posa entre tus pensamientos
y arremete
a tu corazón.

Y te dice al oído
que ya no mires más atrás,
que todo está perdido,
que jamás volverán.

Pero generosa te señala el camino.
Y sin forzarte te invita a tomarlo,
mostrándote la verdad.
Quizás mañana, puedas “volver a empezar”.


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