Cuán pequeño y abatible pudiste ver el mundo
por aquellos días en que frescos tu cuerpo y tu alma palpitaban
aunque imaginabas un horizonte misterioso y sin límites
tus ímpetus y tus deseos desbordaban la gran copa del universo
Fantasías, anhelos e insatisfacciones moraban en tu pensamiento
te proponías aclarar las mil y una dudas que te invadían
siempre confiaste en tu verdad, en tus instintos
no podías perdonar que alguien usurpase tu espacio y tu tiempo.
Confusa mezcla de temores y de sentimientos filiales
se interponían entre tus resoluciones y la cátedra humana
limitaciones, reglas y juicios torpedeaban tu libertad
confundiendo tus propósitos, alejándote de la reflexión.
Quienes pretendían acercarse a ti, más se alejaban
los que incansablemente te enseñaban, te hastiaban
tus derechos y tus pensamientos se tornaban más valiosos que todo
más preciados que la experiencia, que el éxito, que el bienestar.
¡Oh placenteros días! Inigualable carnaval de sensaciones
indescriptible acumulación de agradables recuerdos
espacio absoluto de felicidad y efímera realización
manantial de vida que regó y alimentó tu alma
Allí fue en donde germinó la semilla de tu amor propio
en ese espacio de tu vida reconociste la soledad y tu fragilidad
La vida te puso a prueba, te mostró caminos
hoy gracias al amor te reconoces y decides quien eres.